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Con la llegada de la pandemia, el barrio y los vecinos tomaron protagonismo. La cadena de favores fue necesaria para asistir a personas contagiadas o aisladas y personas mayores. Los comercios de barrio estrenaron delivery, whatsapp e, incluso, sistemas de compra online, pero las aplicaciones no se quedan atrás. 

En el punto cúlmine de la era colaborativa y en un momento en que el concepto de vecindario se transformó completamente, contar con otros es, fue y será necesario. 

Desde marzo del 2020, en las redes sociales comenzaron a circular carteles que dejaban vecinos en los ascensores de sus edificios con números de celular para aquellos que precisaran ayuda para hacer las compras u otro tipo de mandado. Otros optaron por ofrecer su tiempo en grupos barriales de Facebook.

Sin embargo, en Argentina, existe Vecini, una app gratuita creada por Bruno Volcovinsky, estudiante de ingeniería informática del Instituto Tecnológico de Buenos Aires. El interés y la pasión por proyectos con impacto social a lo largo de los años lo llevaron a concretar varios emprendimientos. Particularmente, en este caso, la pandemia fue el motor que despertó la iniciativa: “La situación que se comenzó a vivir a principios del 2020 con el aumento de casos del reciente COVID y las importantes campañas de prevención por el potencial peligro, desató en mí una fuerte necesidad de hacer algo al respecto desde el lado donde puedo intervenir, que es el software”.

La aplicación busca facilitar la conexión entre personas de riesgo y otros vecinos que puedan colaborar para la realización de compras o trámites, con el objetivo de evitar riesgos de exposición al virus innecesarios. 

“La persona que requiere de algún tipo de asistencia puede redactar una descripción del tipo de ayuda que necesita junto con sus datos de contacto”, explica Volcovinsky y también aclara que en caso de que la persona no sepa usar la app, otro puede hacer el pedido por ella. Se trata entonces de matchear voluntarios con pedidos: “Aquellas personas dispuestas a dar una mano pueden en la misma app visualizar los pedidos de asistencia en su barrio y contactarse con quienes deseen”, agrega. 

 La app se descarga de forma gratuita en vecini.tech/app. 

El auge del barrio de los 15 minutos, la preponderancia de la compra cercana y local y la colaboración parecen ser las nuevas tendencias sociales que llegaron para quedarse en un contexto en el que, además, el uso de dispositivos móviles y plataformas de distinto tipo aumentaron notablemente. “Si bien las distintas etapas de la pandemia repercutieron de distinta forma, se vio una gran adopción de la app en situaciones diferentes a las imaginadas inicialmente, dando lugar a pensar en otros posibles usos a evaluar”, analiza el creador de la app. En ese sentido, afirma que el plan es ampliar el abanico de posibilidades para facilitar la ayuda en todo tipo de situaciones, más allá de la condición sanitaria actual. 

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En el mundo

A diferencia de lo que sucede en Latinoamérica, donde la desconfianza predomina a la hora de descargar aplicaciones de este estilo, del otro lado del océano, el vínculo entre vecinos y la tecnología ya está mucho más consolidado y funciona hace tiempo. “En Argentina y Latinoamérica en general es baja la adopción de proyectos del estilo, en mi opinión debido a la sensación de inseguridad por parte de la gente”, reflexiona Volcovinsky. A su vez, afirma que la gente está “100% dispuesta” a colaborar entre sí y es a partir de ese interés y esa problemática latente, que van a programar funcionalidades que brinden mayor seguridad a los usuarios.

Este tipo de proyectos ahora forman parte de la agenda. La aplicación Nextdoor fue reconocida por la revista estadounidense Times como una de las empresas más influyentes del año pasado y su directora ejecutiva se refirió  a la importancia de la proximidad en el último tiempo. Esta plataforma, con sede en San Francisco, que además funciona en 11 países y más de 276.000 barrios busca generar conexiones entre los vecinos y permite obtener ayuda e información confiable. En este caso en particular, además participan locales, marcas y organizaciones no gubernamentales. 

En Alemania funciona Nebenan. En esa aplicación, cada usuario que se registra, selecciona al vecindario que pertenece y de esa forma ingresa a un grupo con sus vecinos. Allí están las contribuciones, es decir, distintos tipos de favores o recomendaciones, el mercado, donde se regalan, intercambian, venden y compran objetos y el directorio de eventos y grupos, en los que, según gustos e intereses, se organizan reuniones o salidas. 

Asimismo, en España, la misma aplicación se llama “¿Tienes sal?”, lo que en muchas películas también refiere al pedido de azúcar. Su nombre nace del cuestionamiento de sus creadores acerca de la dimensión del barrio, “¿Por qué ya no pedimos sal?”. Nicolás, un joven ciudadano de Madrid, cuenta que la usó para regalar hamsters y para comentar sobre la apertura de un negocio que vende productos al por mayor cerca de su casa. “Justo en mi zona hay 980 personas, o vecinos, como los llama la app”, comenta y explica que, si bien no es muy popular, él ingresa a diario como a cualquier red social para ver si alguien consultó o necesita algo. “El otro día leí comentarios de varias personas que preguntaban sobre guarderías y debatían dónde es mejor meter a los niños”, ejemplifica. 

La tecnología llegó para hacer del vecindario offline, entendido como  un área pequeña de un conjunto de personas de las que solo conocemos a unas pocas, un espacio online para tejer redes de intercambio y conexión. 

Imagen principal: Jonas Luepe para Unsplash

Por: Mora Violante

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