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Con el home office cambió la fisionomía de las casas y la zona del escritorio tomó un nuevo protagonismo. 

Desde el 20 de marzo, cuando se decretó la cuarentena en la Argentina, o incluso desde unas semanas antes del anuncio, muchas oficinas cerraron sus puertas y sus trabajadores tuvieron que montar sus espacios de trabajo en sus hogares. 

A partir de entonces, se revalorizó el espacio de escritorio que pasó a ser un esencial para los que tuvieron la posibilidad de implementar el home office. En paralelo, las mesas de trabajo tuvieron que compartirse, en muchos casos, con parejas e hijos con clases digitales. En definitiva, un verdadero desafío para un espacio que recupera el protagonismo que parecía perdido.

Ahora, con la temporada de calor y el coronavirus todavía vigente, muchas familias optaron por alquilar casas en barrios cerrados o countries para pasar los días de verano de forma segura. Desde las inmobiliarias advierten que entre los requerimientos de los interesados a la hora de elegir ya no estaba solo el espacio verde y la pileta, sino que se volvió fundamental que la casa contara con un espacio de escritorio para poder seguir trabajando a distancia. 

Delfina Bocca, arquitecta argentina radicada en Londres y al frente del estudio Mother, dice que el home office en la pandemia requirió de versatilidad y flexibilidad, que con las diferentes aperturas permitió que el espacio de trabajo no estuviera necesariamente destinado a una habitación, sino que pudiera mudarse de mesa en mesa. “Ya no es tan estático, tiene más que ver con organizarse la agenda para que sean distintos escritorios dentro de la ciudad. Estamos aprendiendo más a trabajar de un lugar a otro, estamos convirtiéndonos más en multitasking y eso también lo veo en el escritorio”.

Cada uno encontró dentro del hogar el espacio que mejor se adaptó para trabajar, este pudo ser desde la cocina hasta el comedor. “Sí necesitamos un lugar de escritorio, pero me parece que todos con esto del home office nos estamos armando el escritorio en algún lado. El que tiene el espacio, algún lugar de la casa que estaba sin usarse mucho, capaz el jardín con un techo o la baulera o ese lugar se le empieza a dar ese uso”, ejemplifica la arquitecta. 

En ese sentido, Bocca habla desde su propia experiencia, dice que en su casa se acostumbró a montar el escritorio a la mañana y desmontarlo cuando termina, y es en esa misma mesa es donde come después. Para esto, recomienda ejercitar el orden y ser lo más minimalista posible para que esa flexibilidad sea más sencilla de poner en práctica. Afirma que hay que tener “creatividad para transformar y dar distintos usos”. “Y tenemos que verlo como algo divertido”, acota.

En las casas con más personas trabajando a la vez se requirió mayor colaboración de todas las partes para que la maquinaria siguiera funcionando. Aquí, señala, las cocinas tuvieron un nuevo rol con mesa transformada en lugar de estudio y punto de encuentro para padres e hijos. 

Con la nueva normalidad, Bocca augura un futuro mixto que combine días de trabajo en la oficina con otros de teletrabajo. Por eso, para establecer escritorios flexibles que puedan adaptarse a esa nueva normalidad, la arquitecta refuerza la idea de orden y tener lo mínimo para trabajar. “Lo que no es esencial sacarlo. Hoy no necesitamos tener muchas cosas y tenemos que transformar todo el tiempo ese espacio. Cuantas menos cosas haya, mejor”.

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También, con las videollamadas como moneda corriente de reunión, es importante cuidar lo que se va a transformar en la escenografía desde donde hablaremos con posibles clientes, jefes o colegas.  “Te metes en la casa del otro. Por eso ese background habla de vos y es un cómo te presentas al mundo. Habla de la personalidad”.

Por último, para dar los toques finales a ese oasis personal, la experta aconseja pensar la paleta de colores que mejor combine con los gustos de cada uno – en particular, recomienda los tonos tierra para llevar tranquilidad visual y dar solidez – . Pero, también, sugiere apostar por lo sensorial e incorporar objetos que ambienten desde lo olfativo, como velas. Y sin ir más lejos, incorporar naturaleza, a través de plantas de interior o con arreglos florales. Además, es esencial pensar en los materiales que mejor continúen esta tendencia de armar un espacio cómodo, que resuene con los gustos de cada uno.

La relación con la naturaleza cambió un montón, es re importante tener naturaleza en la casa. Se está sumando mucho más. La casa tiene que ser ese jardín de Edén, es tu mundo, la idea de diseñar un espacio universal. Buscar qué cosas te dan placer. Que la casa huela bien te inspira y da placer. Cada uno lo conecta por donde quiere, yo siempre apuesto por las cosas esenciales”, concluye. 

Imagen principal: Julia M. Cameron para Pexels

Por: Eugenia Iglesias

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