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El entorno entendido como naturaleza es mucho más que simplemente plantas y árboles. Incluso, lejos de pensarlo como únicamente espacios al aire libre, el foco debería estar puesto en la conjunción de lo natural y lo artificial, pensado para maximizar el bienestar. 

La biofilia como concepto se refiere a la conexión innata que existe entre el ser humano y la naturaleza. El término implementado por Edward Wilson, un biólogo estadounidense, determina la necesidad de generar este vínculo, la importancia en el desarrollo psicológico humano y la forma en la que impacta a la hora de satisfacer el deseo vital. También se trabajó desde otros campos como la filosofía, que establece “el amor a la vida” y se expandió por distintas áreas, como por ejemplo la arquitectura y el diseño interior.

Así como sucede a la hora de socializar, estar en entornos verdes, en contacto con el mar o en un ambiente con determinados materiales, puede generar el mismo nivel de tranquilidad. Diversos estudios demuestran que los espacios verdes promueven una disminución significativa de la tensión y el cortisol, la hormona del estrés. Así, la presencia de jardines, parques y áreas urbanas verdes promueven la interacción social.

Aprovechar al máximo la luz natural, amoblar con materiales biodegradable y amigables con el medio ambiente, incorporar texturas, seleccionar colores que impacten de forma positiva, velar por una buena ventilación son algunas de las claves para pensar los interiores en clave con la conexión natural. Estudios demuestran que tanto la conexión directa con la naturaleza como en espacios de la ciudad, como de forma indirecta a través de la arquitectura y el diseño interior son fundamentales para mantener el bienestar físico y mental en un entorno urbanizado. 

“Hay dos enfoques: el neurocientífico, que sugiere que pasemos tiempo en la naturaleza para reducir el estrés, y el socio-psicológico, que dice que mejora nuestra capacidad de experimentar el espacio y reconectarnos con nosotros mismos”, explica Laura Lloret, arquitecta y creadora de Plattenbau

A través de su proyecto, busca implementar tanto verde como sea posible en un intento por traer más naturaleza y conciencia a los espacios de trabajo.

Si bien la biofilia no es algo nuevo, lo cierto es que con la llegada de la pandemia y los largos períodos de aislamiento, que en muchos casos sucedieron en inmuebles pequeños y sin demasiada iluminación, con otros convivientes, este concepto emergió no como tendencia, sino como necesidad. “Durante el confinamiento para muchas personas en todo el mundo, las plantas han sido una forma de conectarse con la naturaleza”, detalla la arquitecta.

La preocupación por la calidad en la salud, entendida desde todos los puntos de vista, se posicionó como un tema importante de agenda e impactó en la relación que teníamos con la naturaleza. “Una cosa que todos estamos descubriendo es que la naturaleza brinda consuelo en tiempos difíciles”, indica Lloret. En ese sentido, explica que, por ejemplo, las plantas no solo alegran un rincón de nuestro espacio, sino que nos enseñan a estar más cerca de lo esencial y de la importancia de su preservación. La realidad evidente muestra que según datos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, durante el 2020 aumentaron un 35% las ventas de flores y plantas.  

Hoy en día, el aire libre, la cercanía a plazas y la presencia de balcones o terrazas en inmuebles es una realidad innegociable. Además, contar con ellos o poseer una vista amigable y natural puede aumentar el valor de la propiedad considerablemente.

“Estamos comenzando una nueva era: la era del RESET (reinicio) donde el bienestar, la salud y el cambio climático son parte de nuestro minuto a minuto”, reflexiona.

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Biofilia en la oficina

En la actualidad, a partir del nuevo modelo híbrido de trabajo que debieron adoptar numerosas empresas, el espacio de oficina como tal también se vio trasladado al hogar. En cualquiera de los dos casos se trata de una profunda transformación. Por un lado, la adaptación de un espacio que originalmente era de descanso u ocio dentro de la vivienda para convertirse en un ambiente de concentración y productividad. Por otro, las oficinas tradicionales se vieron en la obligación de repensar espacios comunes, metros cuadrados y nuevos amenities que hagan de la experiencia de retorno a la rutina, un momento ameno. En particular, para la socialización y la conexión con lo laboral, que en el ámbito privado puede presentarse como una dificultad. 

Así, la incorporación de plantas en los espacios de trabajo se volvió un factor clave. “Las plantas le dan a la gente la oportunidad de alejarse de la rutina, de hacer una pausa de la computadora, de aprender a vivir junto a ellas entendiendo que somos más que nosotros mismos, y que hay otras formas vivas de la naturaleza”, comenta la especialista, que asesora a oficinas en sus proyectos de diseño corporativos.

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Alesia Kazantceva para Unsplash

Algunas claves para pensar la biofilia. La arquitecta sostiene que la naturaleza es bienestar. “Al integrar plantas a nuestros espacios, el hecho de cuidarlas y verlas crecer nos genera una sensación de orgullo”.  Además, desarrolla que incorporar una planta a casa o a la oficina, implica sumar un ser vivo y cuidarla forma parte de nuestra responsabilidad. En línea y analogía con la interacción social, “las plantas reconocen y promueven el apoyo mutuo entre comunidades naturales de seres vivos y esto nos sirve como ejemplo de convivencia y progreso”.

El verde es la nueva tendencia en todo sentido.  Sin embargo, “no solo se trata de traer más verde a nuestras vidas, sino de resolver problemas actuales a favor de un futuro más ecológico”, finaliza. 

Por: Mora Violante.

Imagen principal: Samule Sun para Unsplash

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