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El contrato de alquiler es un documento extremadamente importante para las partes involucradas, ya que menciona los derechos y deberes de ambas. Sin embargo, ante la nueva ley de contrato de alquiler, muchas inmobiliarias se han cuestionado sobre la mejor forma de estructurar el escrito.

En primer lugar, es importante decir que la Ley de Alquileres, vigente desde el 2020, regula la duración del vínculo entre locador y locatario, la dinámica de reajuste del monto de la renta, así como las garantías y otros puntos relevantes tanto del trámite como de la relación entre las partes interesadas. 

De hecho, la ley fue sancionada con la intención de asegurar la buena fe de los involucrados en la operación, evitar brechas y discrepancias y, sobre todo, que se celebre formalmente y se mantenga una relación respetuosa a lo largo de toda la duración del acuerdo.

No obstante, todo indica que, dada la aparición de muchos cuestionamientos sobre su validez y algunos puntos inherentes al contrato de alquiler, el contenido de la ley pasará por una criteriosa revisión y ciertos aspectos pueden cancelarse volviendo así, a las disposiciones anteriores.

La guía perfecta para hacer un contrato de alquiler sin errores

El contrato de alquiler es una pieza escrita con validez jurídica cuya redacción demanda muchísimo cuidado, principalmente en lo concerniente a la constatación de las identidades de las partes. 

Antes de iniciar un contrato de alquiler, es indispensable contar con los datos correctos del locatario, locador y garantes. Lo ideal es solicitar los documentos originales de cada parte para corroborar las identidades y, de este modo, garantizar la correcta introducción de los nombres y apellidos, nacionalidades, domicilios, así como tipo y número de documento.

Tras asegurar la entrega adecuada de los documentos y la inclusión de los datos correctos, llega el momento de crear el contrato de alquiler. A continuación, descubrí cómo hacerlo:

1. Definí el destino de la propiedad

Es fundamental que la inmobiliaria especifique detalladamente la finalidad del inmueble, en especial, para evitar problemas en el futuro. 

Por ejemplo, si se trata de un inmueble comercial, incluí una cláusula que ratifique el destino y explique que no puedes usarlo para otra finalidad que no sea la definida en el contrato de alquiler.

De la misma debés actuar cuando se trata de un bien residencial. Esto evita muchos inconvenientes como el mal uso y la depreciación de la propiedad, así como cuestiones legales y relacionadas con el buen convivio entre vecinos.

2. Añadí información detallada sobre el bien

Después de aclarar el destino de uso, es importante agregar información sobre el inmueble como tamaño, cantidad de piezas y otros puntos que permitan una descripción completa y realista.

Estos datos puntuales acerca de sus características y detalles son fundamentales para ratificar la entrega de una propiedad acorde con la esperada.

3. Aclará el estado del inmueble 

Además de considerar los aspectos clave de su infraestructura tanto externa como interna y sus peculiaridades, las inmobiliarias deben mencionar claramente el estado del bien arrendado. 

En esencia, esta cláusula busca comprometer y estimular al arrendatario a que evite cualquier modificación interna o medida que pueda afectar la integridad y cambiar las características del lugar.

4. Agregá cláusulas con derechos, obligaciones y deberes 

Más allá de considerar las particularidades y otros detalles del bien, tenemos que especificar a rigor los derechos y deberes tanto del locador como del locatario. 

Esto incluye los cuidados que debe tener con el bien, si existe o no la posibilidad de reformas, responsabilidades del locador en términos de mantenimiento, entre otros puntos.

5. Señalá el plazo de vigencia del documento

Uno de los cambios establecidos por la Ley 27.551, también conocida como ley de Alquileres, se refiere al plazo del contrato de alquiler. Antes de entrar en vigencia, el plazo mínimo era de 2 años, ahora, este período es de 3 años.

Señalar el plazo de vigencia es importante por varios motivos:

  • Optimiza la gestión del inmueble.
  • Permite que el propietario organice sus finanzas de forma más efectiva.
  • Asegura los derechos del locatario.
  • Abre espacio para negociaciones que involucren la rescisión o renovación del contrato.

6. Establecé el monto y la forma de pago del alquiler

Definir el monto mensual que el inquilino debe pagar a raíz de la utilización del inmueble es uno de los puntos más relevantes de una negociación de renta, pues la cantidad debe atender tanto las expectativas de ROI del propietario y las tendencias de mercado como la realidad financiera y el presupuesto del público objetivo.

La nueva ley de alquileres también generó cambios en la forma cómo se efectúa el reajuste de los montos.

7. Incluí detalles sobre el depósito de garantía

Un contrato de alquiler también debe contar con información detallada y legalmente válida sobre los garantes y definir la suma de dinero requerida como garantía. Este monto sirve para asegurar al locador que el locatario entregará el inmueble en perfectas condiciones o se hará cargo de los reparos antes de devolver el bien raíz.

Acorde con la ley 27.551, la cantidad de dinero equivale al último mes de arrendamiento o parte proporcional en el caso de que el depósito sea inferior al precio de un mes de renta.

Al finalizar el contrato, si no se registran averías en el inmueble y todos los servicios han sido pagados durante el contrato, el locador debe devolver el depósito para el locatario. 

8. Añadí cláusulas que expliquen las causas de rescisión del contrato

Los inquilinos deben tener claras las condiciones que generan la rescisión de un contrato de alquiler ante el locatario. 

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Por: Zonaprop

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