Bar de viejes es un proyecto y una comunidad que visibiliza, difunde y comparte la historia de bares de interés comunitario y patrimonial o, como aclara la cuenta de Instagram, el lado B del típico café-bar.
En Instagram reúne más de 26.000 seguidores y su lanzamiento más reciente es un mapa que reúne las sucursales de cafés, describe qué ofrece cada uno y brinda la posibilidad de dejar una breve reseña o puntuación.
Este proyecto, autodefinido como “político y social ”constituye una forma de compartir una mirada distinta de la ciudad. La creadora, que se mantiene bajo anonimato, aclara que si bien la cuenta de la red social se creó en 2018, la idea se gestó en 2008 cuando a partir de un trabajo, ella comenzó a recorrer la ciudad y la provincia de Buenos Aires y, en particular, a frecuentar estos lugares con una lógica observadora. “Era algo de observación y contemplación, pero también de participación, de querer entender o ser parte”, comenta.

Sin embargo, su vínculo con los bares de este estilo es anterior, personal y data de mucho tiempo atrás. Durante su época de estudiante permanecía todo el día en el bar “El Motivo” fundado en 1959, ubicado en la esquina de Zamudio y Avenida del Carril, en el barrio de Villa Pueyrredón. “Ahí estaba básicamente todo el día, desde que abría hasta que cerraba”, menciona.
A través del recorrido, en su cabeza germinó la idea de un mapa cuando todavía no existía Google Maps y el único objeto aliado para la ubicación era la Guía T de bolsillo. Hoy materializado es uno de los tantos puntos de este proyecto que planea ampliar la participación en estos espacios. Con la llegada de la pandemia por ejemplo, quedaron interrumpidas algunas actividades que realizaban de forma presencial, como los encuentros en cafés.
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Un diálogo entre el pasado y el presente
La premisa en esta iniciativa no es la nostalgia, es la puesta en valor. Es el debate, la reinterpretación y “un acto de resistencia urbana que rescata un modo de habitar”. Allí donde se brindó, se festejó y donde hubo historia que hoy, quizás por nuevas formas de consumo, queda relegada. Se trata entonces de actualizar y volver a tomar posesión de esos lugares que guardan la identidad de un barrio, una calle o una avenida.
Un detalle no menor es el cambio de nombre cuando pasó de ser “Bar de viejos” a “Bar de viejes”. Esa modificación en la vocal significó ponerse de cara a las nuevas lógicas que circulan. “El viejes es un guiño a que el proyecto apunta a estas nuevas generaciones , con los discursos que están en boga y que se están discutiendo ahora”, señala la creadora, que resalta que de esta forma además, el proyecto asume contemporaneidad.
Y es que para combatir el imaginario estereotipado acerca de los bares como lugares viejos y antiguos, el proyecto propone pensar estos espacios como “parte de la ciudad viva”. Además, no solo se piensa como algo de otra época, sino también como un típico lugar que pertenece a personas mayores y, sobre todo, a hombres. La creadora del proyecto relata cómo su audiencia de mujeres no se sentía parte de estos espacios y ,sin saber que había una detrás, le escribían diciendo “Me da vergüenza entrar ahí”, “Este bar está a la vuelta de mi casa y nunca entré”. Afortunadamente esta sensación cambió y hoy son muchos los actores sociales que hacen uso de los cafés-bar.
“El bar de viejes es un puente entre dos generaciones o entre varias generaciones que tienen herramientas diferentes, paradigmas diferentes”, sintetiza la creadora. “Es un modo de diálogo con dos formas de vida distintas”, sostiene. Sifones, mesas en la vereda, piso damero, azulejos de colores y las típicas sillas Thonet forman parte del paisaje, que la juventud se desacostumbró a ver.

Durante la pandemia cerró casi un 15% de este tipo de bares, muchos otros abrieron por primera vez sus redes sociales y otro tanto estrenó la modalidad take away. Si la pandemia dejó algo como cuota positiva fue la reinvención de ciertos lugares y la vuelta al barrio. En ese reconocer, recorrer y volver a habitar, los comercios encontraron un espacio que les había sido despojado por lo fugaz, lo masivo y lo conocido. En relación a los bares, la creadora coincide en que actualmente existe un “boom de visibilización”: gente decidida a empezar el recorrido, otros que comenzaron a ser habitués de sus cafés cercanos y algunos que se aferraron a determinadas esquinas para escapar del encierro.
“Parte de la invitación de este proyecto es a ocupar esos espacios, los espacios se conquistan habitándolos”, finaliza la creadora que afirma un buen recibimiento por parte de los dueños en la tarea de revalorizar y destacar su trabajo.
Imagen principal: Gentileza Bar de Viejes
Por: Mora Violante