Fueron un boom en los últimos dos años, pero el contexto pandémico ahora cambió y se enfriaron las operaciones. Cuál es el panorama y qué tener en cuenta antes de alquilar.
Se acerca la temporada de verano y muchas familias ya están pensando en cómo pasar los días de vacaciones. Una tendencia que se vio en los últimos dos años fue la de elegir pasar varias semanas en casas en barrios cerrados o countries. Sin embargo, ese boom que se vio impulsado por la situación de la pandemia se habría apaciguado y en el mercado ya notan una ralentización.
Aunque el sector ya empezó a hacer sus ofertas para cuando los porteños busquen huir del calor del cemento y refugiarse en casas con pasto y piscina, los expertos dicen que las reservas avanzan a paso lento. “No vemos un boom para este verano, no está la demanda como la de los últimos dos años, cuando fue el pico. Eso se mantuvo en parte el año pasado y este año vuelve a los números habituales”, plantea Horacio Benvenuto, gerente general de Izrastzoff, inmobiliaria que trabaja este tipo de alquileres para la zona del corredor norte de la provincia de Buenos Aires.
Este fenómeno, explica, se relaciona directamente con el comportamiento de la pandemia. En 2020 y 2021, las posibilidades de viajar estaban más limitadas, y muchos optaron por vacacionar en quintas o casas del gran Buenos Aires donde pudieran descansar de forma segura y cómoda.
Para una parte de ese público, la posibilidad de hacer home office les permitió, incluso, instalarse durante los tres meses de verano en este tipo de propiedades para trabajar con vista al jardín. Sin duda se trató de una situación excepcional y ahora se está volviendo a los niveles habituales. “Con el agregado de crisis económica”, plantea Benvenuto.
A esto se le suma el condimento de que, envalentonados por lo que se vio en años anteriores, más propietarios volcaron sus casas para el alquiler, por lo que hay más competencia mientras que, en la vereda de enfrente, la demanda no acompaña.
“Lo primero que vemos es que casi desaparecieron los alquileres largos de temporada, los que eran de meses y que fueron muy demandados a fines de 2020. Este año prácticamente desaparecieron. Eran pocas operaciones, pero ahora directamente desaparecieron”, señala el gerente y explica que hoy se busca alquilar, en promedio, por 30 días.
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Qué tener en cuenta antes de alquilar en un barrio cerrado
Según Benvenuto, con este panorama se convalidan precios un poco más bajos que los de la temporada pasada. Así, una casa en un barrio privado demandado de 3 dormitorios en enero podría costar entre USD 3500 y USD 5500. En general, todos los precios en este segmento se negocian en dólares.
En la lista de los “no negociables” están las piletas y las parrillas. Pero también los inquilinos buscan un jardín con buen diseño, una galería o incluso aire acondicionado en los cuartos.
Antes de salir a buscar es importante tener presente que muchos barrios cerrados tienen requisitos para ingresar. Por ejemplo, algunos piden certificados de antecedentes penales antes a los posibles candidatos e incluso en algunos hay que pasar por una entrevista de admisión o presentarse con alguien conocido del barrio.
Por último, cabe recordar que para este tipo de operaciones se firman contratos de locación por temporada, se pide un depósito en garantía (suele ser de un 30 % del valor del alquiler) y en estos casos no se pide garante.
Por: Eugenia Iglesias.
Imagen principal: R Architecture para Unsplash