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A poco menos de un mes de que venza el primer plazo para sincerar dinero, desde el sector de la construcción aseguran que hay poco movimiento. El mundial podría complicar el escenario. ¿Qué pasa con las propiedades usadas?

La historia parece repetirse. Otro blanqueo de capitales que, por ahora, deja sabor a poco. A fines de agosto, los empresarios inmobiliarios celebraron la ley de Incentivo a la Construcción Federal Argentina y Acceso a la Vivienda, que extenderá por un año el régimen de blanqueo para la construcción, por ahora hay poco movimiento con solo algunas operaciones cerradas.

Con esta norma, el Gobierno espera sumar entre USD 4000 millones y USD 5000 millones a los apenas USD 200 millones que fueron atraídos el año pasado hacia la Argentina durante los 120 días que duró el régimen en 2021.

Según el decreto de reglamentación 522/2022 publicado en el Boletín Oficial a fines de agosto, el blanqueo de capitales para la construcción tendrá esta vez unos 90 días para que los empresarios puedan pagar apenas un 5% del costo de la penalización. Ese plazo, el más atractivo, está a menos de un mes de vencerse.

Luego habrá una tasa que ascenderá al 10% pasado ese plazo y por tres meses más; y al 20%, luego, hasta medio año posterior al último vencimiento. “El primero de los vencimientos está establecido para el 17 de noviembre, menos de un mes”, explica Alejandro Ginevra presidente de GNV Group.

“Lo que dice la Ley es que antes de esa fecha hay que blanquear el dinero, pero después hay tiempo para invertir el capital en el desarrollo que quieras. Si bien esperamos una reactivación, la segunda alícuota no es mala por lo que creemos que también traerá movimiento”, sintetiza el empresario, uno de los impulsores del blanqueo para la construcción.

El mayor impacto se siente en los desarrollos de lujo. “El blanqueo arrancó bien.  Firmamos varias operaciones al principio pero ahora está medio estancado.  Creemos que falta difusión del Gobierno”, explica Ginevra, dueño de Madero Harbour, el emprendimiento más ambicioso de Puerto Madero.

El blanqueo, según el empresario, es un negocio redondo para quien necesita sincerar capitales. “Apunta a comprar unidades de pozo, lo que hará que seguramente el desarrollador le haga un descuento por abonar en efectivo. Es una ecuación muy buena para el inversor”, finaliza.

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Blanqueo de usados

Hace poco más de un mes el Gobierno envió el proyecto de Presupuesto 2023 en donde contemplaba un artículo fundamental para el sector de bienes raíces.  Se establece un nuevo destino para los fondos que se blanqueen mediante la Ley de Incentivo a la Inversión, Construcción y Producción Argentina. En el artículo 71, sobresale que los fondos que se declaren también podrán destinarse a la adquisición de un inmueble usado.

Si bien, desde las Cámaras que agrupan a las inmobiliarias le exigieron al gobierno un tratamiento urgente, todavía la ley no está vigente.

“Para nosotros era fundamental que el sinceramiento se amplíe también a las propiedades usadas. Hoy el 80% de nuestra cartera a la venta es de inmuebles usados. Celebramos la decisión del gobierno”, asegura Marta Liotto, presidente del Colegio de Corredores inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires (CUCICBA). Lo cierto es que todavía está lejos de ser implementado.

“Nosotros entendemos que es una medida que debe ser tratada urgente. Venimos teniendo reuniones con el gobierno y esperamos tener novedades positivas en breve”, finaliza la inmobiliaria.

Lo cierto es que si bien la extensión del blanqueo fue anunciada con bombos y platillos todavía no generó el movimiento que se esperaba desde el sector.

Por: Belén Fernández

Imagen principal: Engin Akyurt para Pexels

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