El confinamiento generó que muchas personas quisieran modificar sus espacios y reconvertirlos ante sus nuevas necesidades. Además, aumentó la tendencia de comprar inmuebles para reciclar.
La cuarentena por el COVID-19 puede transformarse en una oportunidad. Así lo ven los arquitectos que, a pesar de que las obras están paralizadas, vieron incrementar el número de consultas y los presupuestos para refacciones y remodelaciones en los hogares. La explicación: quien tiene ahorro en dólares puede hacerse de materiales a precios muy por debajo del promedio del año pasado. Por otra parte, el confinamiento generó la necesidad de nuevos espacios, como oficinas y escritorios, o la posibilidad de llevar adelante arreglos postergados por falta de tiempo.
“La demanda para refaccionar hogares creció muchísimo, se están requiriendo muchos presupuestos”, sostuvo el arquitecto Franco Scanu, que trabaja en remodelaciones de hogares. Para el profesional este boom de demanda se debe a que “hoy la gente pasa más tiempo en su casa y se da cuenta de cuáles son los arreglos pendientes ”. “A eso se suma el factor económico por lo que optan por invertir en ladrillo que es un bien durable”, agregó. Y es que los precios de obra hoy están mucho más económicos en relación al año pasado: “Si bien los materiales están aumentando, todavía es una buena oportunidad, porque el valor de mano de obra sigue siendo muy económico”, afirmó el arquitecto.
El confinamiento obligatorio dio lugar a que muchos buscaran, con sus propios recursos, reconvertir sus espacios y transformarlos, no obstante el rol del arquitecto siguió jugando un papel esencial, aun en las obras más pequeñas. “En la etapa de proyecto intentamos maximizar los espacios, algunas veces cambiando la distribución de los muebles se solucionan muchas cosas, apelamos a nuestra creatividad. Funcionamos también como contadores, de acuerdo al presupuesto de los clientes, tenemos que hacer malabares para sacarle el mayor rédito posible”, dijo Scanu. “En la etapa obra es importante nuestra presencia para estar al tanto de lo que pasa y muy encima de los gremios para que todo salga lo mejor posible”, concluyó.
“Creemos que, tomando el dólar blue como referencia, es un buen momento para la construcción. Hoy el costo por metro ha bajado considerablemente. Aunque, también es cierto que los precios son inciertos, porque muchos rubros aún no han arrancado y hay especulación”, detalló por su parte Lucas Álvarez, gerente del departamento de Marketing y Comunicación de Mapei, empresa de materiales para la construcción.
Actualmente, la demanda se centra sobre todo en aquellos que ya tenían previsto una refacción antes de la cuarentena y que, durante el aislamiento, se tornó aún más necesaria. “En general, si uno tenía la remodelación ya pensada, y los ahorros en dólares, es un buen momento para hacerlo. Independientemente de que la obra en general no se ha reactivado, la mano de obra sigue manteniendo costos desactualizados y algunos materiales tampoco han hecho la actualización”, describió el escenario Álvarez. “Esta situación tan particular, donde la gente está más en su casa, lleva a que los compradores vean más precios. En este contexto, los segmentos más económicos de productos son los que se han fortalecido por sobre los de mayor valor”, analizó.
Una estrategia que se afianzó durante la cuarentena es el acopio de mercadería. Si bien, en general, los que suelen “acumular” materiales son aquellos que llevan adelante grandes obras, en las refacciones también se está dando este fenómeno. “Hoy día en pandemia se usa mucho para congelar el precio y asegurar el stock. Se paga el total o un porcentaje y, a la hora de hacer la reforma, se retira la mercadería. Para obras más grandes siempre es ideal: agiliza los procesos y no impacta tanto la inflación”, desarrolló Scanu.
Otro de los mercados que se ha reactivado es el de la compra de inmuebles a precios muy económicos con el fin de reciclarlos, potenciar la propiedad y venderla en un futuro. “Las propiedades tipo casa para reciclar tienen una gran demanda y se han potenciado por el costo de la construcción, aún estando en cuarentena. Y es que los valores se han ido acomodando en base a la coyuntura”, explicó Diego Migliorisi, dueño de la inmobiliaria homónima. “Estamos en una etapa en donde la propiedad ha bajado y se especula que en unos años ese valor se va a recuperar, por lo que muchos ven como un negocio comprar un inmueble y reciclarlo para en un futuro ponerlo a la venta”, remarcó.
En momentos inflacionarios, el resguardo más seguro sigue siendo el ladrillo. Los que se vuelcan a una refacción no solo mejoran su calidad de vida, sino que valorizan su inmueble y transforman sus pesos en un bien durable. “Es un gran momento para poner en valor el inmueble en donde uno vive para en un futuro, con un mercado más acomodado, poder ofrecerlo a un precio más alto”, finalizó Migliorisi
Imagen principal: Skitterphoto para Pexels.
Por: Belén Fernández