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A poco de terminar el 2022, los principales jugadores del sector anticipan cómo será el próximo año. Cuánto influenciarán las elecciones presidenciales y qué pasará con los precios en el corto plazo.

El mercado inmobiliario empezó a evidenciar pequeños signos de recuperación. Según los datos del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, en septiembre se firmaron 3161 actos de compra-venta, un 12,4% más que el mismo periodo del año pasado y significó el cuarto mes consecutivo en donde se logró superar la barrera de las 3000 operaciones. Pero, ¿qué dicen los especialistas sobre el futuro en el corto plazo?

“Es muy prematuro hablar de recuperación. Hay que tener en cuenta que siempre en el segundo semestre hay una cierta mejora y esto tiene que ver con la estacionalidad”, explica Fabián Achával dueño de la inmobiliaria homónima y analista del sector.

Si bien para muchos inmobiliarios el 2023 es una esperanza por las elecciones presidenciales, para Achával los números serán similares a los de este año. “Entre diciembre y marzo históricamente no se hacen muchas operaciones, en agosto esperamos un párate como consecuencia de las PASO. Y seguramente vamos a tener turbulencia de agosto hasta octubre cuando se hagan las elecciones definitivas”, ejemplifica el empresario inmobiliario.

“En el mediano plazo si soy optimista, pero no en el corto plazo, no para el 2023. Va a ser un año parecido al 2022 y esto no es una buena noticia”, agrega.

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¿Qué pasa con los precios en 2023?

Para Christian Leupold, Gerente Comercial de Ávilis Real Estate hoy se evidencia una leve recuperación para el sector, lo que se traduce en una buena oportunidad para el consumidor final por la baja que acumulan los precios en los últimos dos años. “Hoy nuestro principal comprador es el final y los precios están muy accesibles”, reconoce.

En cuanto a los valores, para Achával los números en 2023 se mantendrán estables. “Venimos de un ajuste de precios muy fuerte. No veo una recuperación de los valores en el corto plazo”, dice.

Es que muchos propietarios hoy están a la espera de una recuperación de los valores para volver a poner su inmueble a la venta. “Hay mucha especulación en el sector, pero hoy no vemos que la situación se revierta en el corto plazo. No habrá una diferencia de valores entre este año y el que viene”, sentencia el especialista.

Las oportunidades se encuentran hoy sobre todo en los inmuebles de pozo en donde la desaceleración de los valores fue más marcada. “Entre los precios que bajaron considerablemente desde la pandemia, pasando por la financiación y  la negociación con cada desarrollador, se puede hacer una diferencia interesante en cuanto a valores”, argumenta Leupold.

El inversor, todavía lejos

Pero qué pasa con el inversor. En los últimos años este comprador se mantuvo ajeno al mercado de bienes raíces por la baja rentabilidad y los diferentes cambios en las condiciones de juego. Hoy con una Ley de Alquileres que tiene hace meses trabada sus modificaciones en el Congreso y proyectos que buscan cobrar impuestos a quienes tengan una vivienda ociosa, el inversor parece ser más cauteloso y se vuelca hacia otros negocios.

“En el corto plazo van a seguir mudándose quienes tienen una necesidad. El sector va a seguir trabajando con el consumidor final. Pero, el inversor va a seguir postergando su decisión de compra por la turbulencia política y económica que vislumbramos va a seguir en todo el 2023”, dice Achával.

Para los especialistas el cambio se sentirá más en el mediano plazo por lo que habrá que esperar para hablar de una verdadera recuperación del sector. “Hoy estamos comparando los números del 2022 con los peores de la historia del ladrillo”, finaliza el especialista.

Por: Belén Fernández

Imagen principal: Jeffrey Eisen para Unsplash

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