El uso de esta tecnología es una realidad. En salud, educación y hasta decoración ya se implementa. Pero, ¿es posible construir una casa con este sistema?
Este grupo de tecnologías permite crear un objeto tridimensional a partir de la superposición de capas de un determinado material en base a un objeto o modelo digital. Además, no sólo funciona como una democratizadora de posibilidades, sino que se transformó en la base de numerosos proyectos y emprendimientos. Desde llaveros, soportes y esculturas, hasta prótesis y elementos para la salud.
“Año tras año la cantidad de equipos vendidos aumenta drásticamente. Estudios a nivel mundial proyectan un crecimiento en la venta de impresoras en el orden del 150%”, cuenta el ingeniero Mariano Scian, presidente de la Cámara Argentina de Impresión 3D y explica que la cantidad de usuarios aumenta y se diversifica cada vez más debido a que es transversal a múltiples disciplinas.
“A nivel industrial, Argentina se destaca por la producción de filamentos”, indica Scian y sostiene que el liderazgo se debe a la calidad y variedad en la región y que los productos se exportan a toda sudamérica, Estados Unidos y Europa. Los beneficios son muchos: son fáciles de usar, rápidas y baratas. “Profesionales como los arquitectos se benefician de la impresión 3D para construir maquetas en una fracción del tiempo que emplean métodos tradicionales”, analiza el ingeniero. A su vez, menciona que el modelo puede modificarse de manera sencilla según cómo se desee y volver a imprimirse cuando sea necesario. “Con máquinas especiales pueden imprimirse casas habitables e incluso puentes”, resalta.
Equivocarse fácil y barato hasta hace poco era impensado, pero ahora con la impresión 3D es una opción efectiva. El acotado tiempo de producción y la posibilidad de prototipar permiten ahorrar tiempo y maximizar el éxito. El presidente de la Cámara ejemplifica: “Al inicio de la pandemia, la comunidad de impresores 3D dio una respuesta muy rápida imprimiendo protectores faciales en tiempo récord”.
Casos nacionales
Encabezado por la Universidad Nacional de La Plata junto con Astillero Río Santiago, hay un proyecto que tiene como objetivo la creación de una mega impresora 3D para la construcción de viviendas sociales a base de mortero. “Lo rico de este sistema es hacer viviendas en serie, lo que se conoce en el mundo son distintas impresoras y distintos métodos, pero siempre hablamos de una casa”, resalta Lucía Garavano, ingeniera industrial de la universidad y perteneciente a la corriente de ingenieros e ingenieras por la ciencia, la industrial y tecnología nacional. Según detalla, esto permitiría construir a lo largo de una cuadra, una manzana o un barrio entero, si se quisiera.
El proyecto tiene como objetivo dar a la comunidad una solución habitacional a bajo costo de buena calidad y de rápida realización y además, crear viviendas sociales sustentables. Estudiantes de la facultad junto otros estudiantes de arquitectura y profesionales del área desarrollaron el plan de las casas durables y amigables con el medio ambiente, viviendas de 2 y 3 habitaciones.
El proyecto será implementado en un primer momento en las municipalidades de La Plata, Berisso y Ensenada, con posibilidad de expandirse a lo largo del país. La idea es que cuenten con huerta orgánica, recuperación de agua de lluvia y biodigestores para el desagüe. Este último punto es fundamental debido a que, en el caso de que el terreno donado para la experimentación esté en las afueras de las zonas mencionadas, allí no hay desagües cloacales. De todas formas, buscan que a futuro puedan llegar todos los servicios básicos necesarios.
José Luperi, ingeniero cívil y docente, trabajó con un proyecto de construcción de casas 3D que actualmente se encuentra frenado porque están avanzando con el desarrollo de brazos robóticos industriales, pero esperan poder reactivar en el corto plazo.
El proyecto de la impresora 3D fue apoyado por la Cámara de impresión y la de construcción. Según cuenta, es necesario realizar ensayos en distintas áreas, como en el material disponible en el ámbito de la construcción, los modelos digitales de arquitectura, la construcción de la impresora transportable y la certificación del sistema. “En varios de estos aspectos tenemos un alto grado de avance y en otros resta trabajo por hacer. Sin embargo, hemos verificado la factibilidad técnica y nuestros análisis muestran un interesante balance económico”, asegura Luperi. Además explica que, si bien ya existen numerosos sistemas de impresión 3D en el extranjero, sería importante un desarrollo local que contemple las necesidades de la región que utilice materiales disponibles y de bajo costo y, lo más importante, que cuente con soporte técnico en el país.

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Los beneficios
Las ventajas de la tecnología son varias: automatización, sustentabilidad, costos y tiempo. Según analiza Luperi, los procesos se podrían agilizar y se permitiría “la automatización de las tareas pesadas de la construcción tradicional; simplificar de la logística y control por parte de la empresa constructora; reducir los errores de ejecución que son habituales en la construcción tradicional y disminuir la generación de desperdicios”.
Respecto a los tiempos, Luperi menciona que la disminución de los tiempos constructivos para una vivienda típica se estima entre uno y dos meses, dependiendo de la metodología con la que se compare. Asimismo, la ingeniera de la Universidad Nacional de La Plata enfatiza: “Las paredes de una casa se pueden hacer en 30 horas, eso no lo da ni la construcción convencional, ni de steel framing, es realmente novedoso, innovador”.
A su vez, este tipo de construcción podría generar un cambio en la estética de construcción a futuro ya que amplía las posibilidades arquitectónicas y de diseño. “Algunas de estas opciones ya han sido implementadas, incluyendo paredes curvas que permiten diseñar arquitecturas orgánicas, columnas torsionadas, texturas o patrones tridimensionales”, señala el ingeniero.

Por su parte, Garavano destaca que, además, es una fuente de empleo y es una solución que ayuda a resolver el déficit habitacional. “Puede ser un gran antecedente para futuros proyectos”, señala. A su vez, José Luperi, hace hincapié en que la construcción tradicional se comenzó a reemplazar por otros métodos como steel framing o los paneles de poliestireno y concluye: “La automatización ha sido adoptada por muchas industrias y la de la construcción no va a ser la excepción, solo falta por ver cuándo ocurrirá”.
Imagen principal: Gentileza José Luperi- Haus Drucker – Prueba preliminar de Impresión de Muro
Por: Mora Violante.